Tal vez el mejor resumen de lo que significó el Concilio Vaticano II se hizo… antes del Concilio, en el desgraciadamente poco conocido «discurso de la luna». Por suerte tenemos a Cortés que nos lo resume magníficamente en esta viñeta.
Los 50 años del Concilio es tiempo para que nuestra Iglesia recupere el gesto de la caricia y de la consolación como gesto de la compasión y la misericordia, y olvide tanto cabreo e insistencia en preocupaciones que no son las de la gente.