Sarah Waters, El ocupante (2009)

 Con este post comienzo un nuevo modo de compartir mis lecturas. Hasta el momento lo he hecho sólo para mí, pero como siempre 

encuentro amigos que me piden opinión y consejo sobre qué libro leer, o no molestarse en abrir, me ha parecido bueno el propósito. Quedan muchas lecturas pasadas que no van a encontrar aquí su espacio, lo tienen amplio en mis notas personales. Aunque algunas de ellas esperan pacientemente una relectura que no tardará en llegar. 

A punto estuve de quedarme en las primeras cien páginas de este libro. Lo he comenzado después de una mala racha de lecturas que he tenido que dejar comenzadas porque me decepcionaban más allá de las cien primeras páginas (que es el margen que suelo darles), novelas históricas disfrazadas de corderos literarios, como El cementerio de Praga de Eco. Pero finalmente se ha descubierto como un libro bien escrito, serio, que juega al equilibrio entre el misterio y el trastorno psicológico, tratado éste con una delicadeza extrema y llevado con maestría. Me ha sorprendido muy favorablemente, a pesar de la dificultad primera a partir de las cien primeras páginas se lee con pasión. Lo que parece ser una novela más de misterio, y llevo tres seguidas, recala en un relato psicológico en el que todos los personajes quedan tocados por la amalgama de complicadas relaciones humanas y la miseria que ha dejado la Segunda Guerra Mundial en una Inglaterra rural que asiste paciente a la caída de sus ideales. Realmente quien espere una historia de fantasmas quedará decepcionado, y es precisamente eso lo que me ha gustado más, da un punto más a lo esperado.

Mi personaje: Betty, la joven criada de la casa, testigo de sus “fantasmas”, silenciosa presencia y primera en intuir la maldad de esa casa.

Lo mejor: El ritmo y la intensidad envueltos en profundidad literaria, el tratamiento psicológico de cada personaje, incluida la casa.

Lo peor: La traducción no es muy buena. En ocasiones no queda claro el lugar de algunos personajes.